La cabeza de los bebés pequeños es sumamente frágil, debemos recordar que los huesos del cráneo aún no se han puesto fuertes y firmes y es por eso que los niños son muy propensos a adquirir malformaciones en los ángulos de su cabeza, cosa que los padres deben tener en cuenta en varios aspectos de la vida cotidiana.
Para evitar deformidades en el cráneo del bebé hay que saber por ejemplo que alrededor del 12% de los lactantes sufre éste tipo de deformaciones en la cabeza por inadecuadas posiciones de descanso, siendo la solución a ésto algo realmente muy sencillo: cuando se coloca al bebé boca arriba en su cuna se debe girar su cabeza cada día en una posición diferente, por ejemplo, hacia la derecha un día y hacia la izquierda al día siguiente.
Con este tipo de prácticas frecuentes se puede no sólo evitar deformidades en el cráneo del bebé sino además, y muy importante, corregir posibles abombamientos ya existentes, ya que progresivamente se irán acomodando nuevamente las superficies de la cabeza del niño.
En los últimos diez años se han registrado considerables aumentos en las deformidades de las cabezas de los bebés, siendo un problema a nivel estético que preocupa mucho a los padres, aunque vale aclarar que esas formas que adopta la cabeza del niño no lo perjudican bajo ningún aspecto a nivel cerebral.
Lo cierto es que para evitar deformidades en el cráneo del bebé de forma permanente lo necesario es un diagnóstico precoz que permita que se le aplique el tratamiento adecuado lo antes posible, dado que en pacientes que lo comienzan con un promedio de 6 meses, las deformidades se corrigen en un periodo de 2 a 3 meses más. Para eso los padres tienen que estar atentos a la cabeza de sus pequeños, si el niño nació con el cráneo redondeado cualquier variación es digna de tener en cuenta.
Juliana Ramírez
Lic. Trabajo Social
UNMSM
Vía | Blog bebés
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