Una de las cualidades principales de una mujer es LA PACIENCIA, pero cuando hemos gestado y traído al mundo a un hijo hiperactivo, que nos rebasa en todos sus actos y nos desarma con sus muy bien sustentadas bases para rebelarse y reclamar algo, suele ser devastador.
Es tan elevado y marcado su activismo incansable, su indisciplina y sus exigencias, que para una mujer que no ejerce la tolerancia y la paciencia, significa el acabose o el desastre total.
En este marco queridas amigas, es importante implementar, ejercer y hacerse respetar como AUTORIDAD MATERNA-PATERNA. Los niños son muy ágiles, hábiles, astutos y se valen siempre de impulsos chantajistas sentimentales para romper las reglas del hogar y salirse siempre con la suya.
Existen casos en que el coeficiente intelectual de algunos niños “prodigio” es tan elevado, que desde la primera etapa en que manifiestan su desarrollo de inquietudes, se rehúsan a ser manipulados por sus mayores, no obstante que se les trate de explicar con lujo de detalles, el, o los por qués de las cosas, ellos quieren hacer siempre su santa voluntad, y si encuentran impedimentos a su paso, los arrollan con facilidad y hasta con bastante éxito, recurriendo a las mil y una maravillas de berrinches infantiles, gritos y llantos para tomar el protagonismo y apoderarse de la situación, otros suelen estrellar contra la pared, pisos y techos sus pertenencias, e incluso algunos otros, hasta se tiran al suelo orinándose de coraje, en medio de un mar de pataleos y manotazos, hasta lograr ser el centro de atención de la familia.
El niño hiperactivo, siempre por naturaleza será un inconforme de primer nivel, siempre estará en contra de todo y de todos aquellos que no estén de acuerdo con su estilo propio de expresión y manifestación. Es creativo e intuitivo a morir, parece que se las sabe de todas… todas y no sería difícil que él quisiése o pretendiese tomar el mando, la supremacía y las riendas de autoridad en casa.
Los niños hiperactivos no piden: ordenan y exigen las cosas, requieren siempre ser atendidos en el acto, so pena de recibir una sarta de insultos altaneros y cargados de prepotencia, que vampiresa las energías de la pobre madre o el padre, que tienen que soportar pacientemente todas las patanerías de su hermoso querubín.
Un niño hiperactivo, se caracteriza por el liderazgo, siempre quiere ser el primero en todo, y no permite que nadie le quite o le arrebate su trono, es un destroyer, y un egoísta en exageración, un verdadero rey del desorden y nunca pone atención a lo que se le explica, ni a lo que se le pide, y suele aburrirse o enfadarse de las pequeñas tareas que se le asignan, etc.
¿Qué hacer para ayudar en la educación y formación de un hijo hiperactivo?
1.- En primer lugar, ponerse a la altura de sus circunstancias,
2.- Entender sus inquietudes,
3.- Saber escucharlo,
4.- Conocer su forma de pensar y de sentir,
5.- Compartir sus cosas, juegos y confidencias,
6.- Saber qué es lo que realmente el niño busca o quiere lograr y apoyarlo en sus logros.
7.- No coartarle su crecimiento ni su desarrollo,
8.- Respetar sus ideas y gustos propios.
9.- Organizarle su tiempo para estudios, diversiones y juegos.
Pero sobre todo y lo más importante es enseñarle que tiene una mamá y un papá que lo adoran y que por su propio bien, también tiene que aprender él a respetarlos y hacerse respetar.
Una buena dosis de paciencia, ternura y amor les desea vuestra amiga siempre.
Es tan elevado y marcado su activismo incansable, su indisciplina y sus exigencias, que para una mujer que no ejerce la tolerancia y la paciencia, significa el acabose o el desastre total.
En este marco queridas amigas, es importante implementar, ejercer y hacerse respetar como AUTORIDAD MATERNA-PATERNA. Los niños son muy ágiles, hábiles, astutos y se valen siempre de impulsos chantajistas sentimentales para romper las reglas del hogar y salirse siempre con la suya.
Existen casos en que el coeficiente intelectual de algunos niños “prodigio” es tan elevado, que desde la primera etapa en que manifiestan su desarrollo de inquietudes, se rehúsan a ser manipulados por sus mayores, no obstante que se les trate de explicar con lujo de detalles, el, o los por qués de las cosas, ellos quieren hacer siempre su santa voluntad, y si encuentran impedimentos a su paso, los arrollan con facilidad y hasta con bastante éxito, recurriendo a las mil y una maravillas de berrinches infantiles, gritos y llantos para tomar el protagonismo y apoderarse de la situación, otros suelen estrellar contra la pared, pisos y techos sus pertenencias, e incluso algunos otros, hasta se tiran al suelo orinándose de coraje, en medio de un mar de pataleos y manotazos, hasta lograr ser el centro de atención de la familia.
El niño hiperactivo, siempre por naturaleza será un inconforme de primer nivel, siempre estará en contra de todo y de todos aquellos que no estén de acuerdo con su estilo propio de expresión y manifestación. Es creativo e intuitivo a morir, parece que se las sabe de todas… todas y no sería difícil que él quisiése o pretendiese tomar el mando, la supremacía y las riendas de autoridad en casa.
Los niños hiperactivos no piden: ordenan y exigen las cosas, requieren siempre ser atendidos en el acto, so pena de recibir una sarta de insultos altaneros y cargados de prepotencia, que vampiresa las energías de la pobre madre o el padre, que tienen que soportar pacientemente todas las patanerías de su hermoso querubín.
Un niño hiperactivo, se caracteriza por el liderazgo, siempre quiere ser el primero en todo, y no permite que nadie le quite o le arrebate su trono, es un destroyer, y un egoísta en exageración, un verdadero rey del desorden y nunca pone atención a lo que se le explica, ni a lo que se le pide, y suele aburrirse o enfadarse de las pequeñas tareas que se le asignan, etc.
¿Qué hacer para ayudar en la educación y formación de un hijo hiperactivo?
1.- En primer lugar, ponerse a la altura de sus circunstancias,
2.- Entender sus inquietudes,
3.- Saber escucharlo,
4.- Conocer su forma de pensar y de sentir,
5.- Compartir sus cosas, juegos y confidencias,
6.- Saber qué es lo que realmente el niño busca o quiere lograr y apoyarlo en sus logros.
7.- No coartarle su crecimiento ni su desarrollo,
8.- Respetar sus ideas y gustos propios.
9.- Organizarle su tiempo para estudios, diversiones y juegos.
Pero sobre todo y lo más importante es enseñarle que tiene una mamá y un papá que lo adoran y que por su propio bien, también tiene que aprender él a respetarlos y hacerse respetar.
Una buena dosis de paciencia, ternura y amor les desea vuestra amiga siempre.
JR.
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