Sobre los cuentos infantiles podemos hablar mucho, es un tema muy amplio desde todos los puntos de vista. Nos gustaría comenzar comprendiendo por qué los cuentos infantiles tienen siempre un final feliz, seguro que más de un padre se habrá hecho esta pregunta y posiblemente podamos ofrecer distintas explicaciones.
Pero lo mejor es saber de manos de un experto la respuesta y el especialista en literatura infantil Alberto Ruíz, nos lo explica. Al parecer, el motivo principal que se encuentra sujeto al final feliz de los cuentos infantiles es un excesivo proteccionismo de los mayores hacia los pequeños, hay que tener en cuenta que prácticamente todos los cuentos infantiles han sido escritos por adultos.
Según Alberto Ruíz, esta conducta se denomina “trivialización literaria” y no es aconsejable para los niños, ya que pueden formarse siendo más vulnerables a la realidad de la vida. Se entiende que los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero también saben lo dura que resulta la vida y a cuantos problemas es necesario enfrentarse. Un cuento infantil con final feliz es un modo de intentar retrasar el descubrimiento de la vida real a los niños.
El experto indica que es conveniente que los niños puedan tener acceso a dos finales distintos, uno feliz y uno trágico o fatal. Quizá pueda resultar duro, pero es uno de los modos por el que los niños pueden adquirir conciencia sobre la realidad y reconocer que según las actuaciones, los desenlaces pueden ser variados.
Pero lo mejor es saber de manos de un experto la respuesta y el especialista en literatura infantil Alberto Ruíz, nos lo explica. Al parecer, el motivo principal que se encuentra sujeto al final feliz de los cuentos infantiles es un excesivo proteccionismo de los mayores hacia los pequeños, hay que tener en cuenta que prácticamente todos los cuentos infantiles han sido escritos por adultos.
Según Alberto Ruíz, esta conducta se denomina “trivialización literaria” y no es aconsejable para los niños, ya que pueden formarse siendo más vulnerables a la realidad de la vida. Se entiende que los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero también saben lo dura que resulta la vida y a cuantos problemas es necesario enfrentarse. Un cuento infantil con final feliz es un modo de intentar retrasar el descubrimiento de la vida real a los niños.
El experto indica que es conveniente que los niños puedan tener acceso a dos finales distintos, uno feliz y uno trágico o fatal. Quizá pueda resultar duro, pero es uno de los modos por el que los niños pueden adquirir conciencia sobre la realidad y reconocer que según las actuaciones, los desenlaces pueden ser variados.
Se puede incluso hacer una comparativa con la vida real para darnos cuenta, un suspenso en las notas escolares puede llegar a traumatizar al niño y más si cree que la vida es color de rosa y toda sale bien como se muestra en los cuentos infantiles.
A través de los cuentos se pueden dar lecciones muy positivas para la formación y la educación de los niños, el cuento original de La Caperucita Roja tenía en realidad un desenlace trágico, pero el exceso de sobreprotección del que hemos hablado ha ido moldeando y modificando la versión original para que resulte agradable a los niños.
A través de los cuentos se pueden dar lecciones muy positivas para la formación y la educación de los niños, el cuento original de La Caperucita Roja tenía en realidad un desenlace trágico, pero el exceso de sobreprotección del que hemos hablado ha ido moldeando y modificando la versión original para que resulte agradable a los niños.
Como este cuento, muchos han sufrido una transformación que los ha convertido en cuentos felices, el experto indica que algunos también se han cambiado por los intereses económicos y comerciales que algunas editoriales tenían, algo negativo para la correcta formación y educación del niño.
Como padres, queremos lo mejor para nuestros hijos, nosotros mismos nos hemos inclinado siempre por los finales felices, aunque hay que reconocer que los niños que viven la realidad de la vida y se enfrentan a problemas con conocimiento de causa, son siempre más maduros.
Como padres, queremos lo mejor para nuestros hijos, nosotros mismos nos hemos inclinado siempre por los finales felices, aunque hay que reconocer que los niños que viven la realidad de la vida y se enfrentan a problemas con conocimiento de causa, son siempre más maduros.
Un poco de madurez a través de la lectura de los cuentos infantiles no vendría nada mal.
JR.
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