Las golosinas figuran entre las tentaciones alimentarias más frecuentes pero tiene dos grandes enemigos, las dietas que restringen el consumo de calorías y el mito de que compromete la salud de las muelas y dientes al ser consideradas como la causa número uno de las caries.
En realidad la causa primera de esta dolencia dental es el incorrecto y poco frecuente cepillado pues si las golosinas quedaran totalmente excluidas de las dietas, y no nos cepilláramos los dientes como es debido, las caries acabarían por afectarnos igualmente.Ciertamente las golosinas son potencialmente peligrosas pues incrementan la acidez de la saliva y con ella disminuyen las defensas naturales de la boca creando una brecha que es aprovechada por las bacterias que generan una cantidad de destrucción muy grande en los siguientes veinte minutos, tiempo que tarda la saliva en restablecer su neutralidad.
Si en ese tiempo nos comemos otra golosina, y otra, y ot... prolongaremos el proceso y sin darnos cuenta, en dos o tres horas habremos propiciado una acidez capaz de engendrar unas caries que, en dos o tres meses podrían dar al traste con una muela.Por otra parte, es importante evitar las golosinas pegajosas, así como las que permanecen mucho tiempo en la boca como los masticables, gomas de mascar, chupetines, chicles, etc. Son preferibles, si no tiene que seguir un riguroso régimen dietético, las que contienen grasas o aceites naturales como los maníes, nueces, chocolates, palomitas de maíz sin azúcar, y sobre todo las frutas.En fin, que no hay que desechar absolutamente las golosinas de nuestras dietas ni de la de nuestros hijos, solo hay que consumir las saludables y lavarse los dientes en los 20 minutos posteriores a su ingesta.Esperanza Díaz. Redactora.
JR.
Fuente: Guía Infantil
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