Entre los 2 y 3 años de edad, nuestros hijos comienzan a tener mucha imaginación y en ese momento es muy posible que se incluyan seres inventados por ellos mismos. Ante la normal preocupación que nos pueda surgir, está la tranquilidad de informaros que se trata de algo muy normal a esta edad. Además tiene un punto positivo, puesto que toda esta imaginación le sirve para incrementar su creatividad, imaginación e inteligencia, siendo una manera de expresar muchos sentimientos y emociones que de otra forma no sabría cómo expresar.
Los niños ya tienen una buena percepción de la realidad, pero no pueden expresarse del todo ni conocer todo lo que ocurre, así que esta imaginación con amigos imaginarios es una especie de válvula de escape en un mundo que resulta ideal para ellos, sin problemas y donde pueden abarcar incluso la solución a lo que les ocurre.
Gracias a estos amigos imaginarios nuestros hijos evolucionan y aprenden, por ejemplo les sirve como decíamos como válvula de escape donde contar muchos sentimientos tanto positivos como negativos que no saben contar de otra manera, les otorga más confianza en sí mismos, les ayuda a manejar mejor sus propias emociones, les sirve para aprender a solucionar posibles problemas bajo su control, para ayudar a expresarse mejor ante los demás, e incluso a aprender a tener empatía, comprendiendo el punto de vista de su amigo imaginario.
Nuestra actuación debe ser muy natural, y ni echar la bronca al niño por tener amigo imaginario, ni tampoco fomentar siguiendo el juego o conversación con el amigo imaginario. Sí que habrá que estar al tanto de cualquier comportamiento, y en caso de dudas consultarlo con un especialista (mejor prevenir).
Juliana Ramírez
Lic. Trabajo Social
UNMSM
Fuente: AMEI (Asociación Mundial de Educadores Infantiles).
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