La UNICEF publicó hace unos meses un estudio sobre la felicidad de los niños en países ricos. Es interesante porque sobre la base de datos estadísticos permite inferir qué aspectos son más importantes como detonadores de la felicidad en los niños. Como dato anecdótico, los niños más felices estarían en Holanda.
Los aspectos que el estudio termina considerando relevantes son:- Bienestar material- Salud y seguridad- Bienestar educativo- Relaciones familiares y entre iguales- Conductas y riesgos- Bienestar subjetivo (la percepción de los propios niños)
Un buen resumen del estudio se puede encontrar aquí.
El problema es que cuando lo leo me asalta la certeza de que la felicidad de mi hijo no es un asunto de estadísticas.
Es decir, estos estudios son útiles para ilustrar el punto de que hay un tema social relevante con el cuidado a la infancia. Y en todos los países hay asuntos que resolver para garantizar la felicidad de sus niños, que sin lugar a dudas es uno de sus activos más importantes.
Pero estos estudios dudosamente pueden decirme cómo hallar la solución al puzzle de la felicidad de Alberto. Por el contrario, creo que las preguntas adecuadas se parecen más a las que se hacía el Pato Palacios en un comentario que hizo al primer post de este blog.
Al final importa tener la determinación de hacerse cargo; de no delegar la felicidad de un hijo; de tener siempre la pregunta por su felicidad en la retina y en el centro de las emociones.
Yo he descubierto que el entorno material, la calidad de los juguetes y la complejidad de los paseos tienen muy poco que ver con la felicidad de un niño. Antes bien, saberse acogidos y contar con tiempo de alguien que los ama y les hace valorarse a sí mismos con gestos sencillos y afecto "del bueno", es mucho más importante. Y "afecto del bueno", al menos en nuestro caso, tiene que ver con adoptar la disposición a ponerse a su altura, jugar a las cosas que a él le gustan y enseñarle a dar y recibir afecto en términos en que pueda entenderlo.
Pero más allá de mis descubrimientos personales, ¿qué opinan ustedes? ¿Cómo se construye la felicidad de los niños?
JR.
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