Es una labor educativa importante poner límites y normas, pero a través del NO constante resulta acabando muy aburrido, además de ineficaz. Tanto para los niños como para nosotras, se generaba un ambiente muy negativo e improductivo.
Así que pensamos en otras alternativas más creativas y productivas, que nos permitieran poner límites y normas en positivo y con seguridad.
Por ejemplo, cambiamos
“No te subas a la silla” por “en la silla se pone el popo, los pies van al suelo.”
“No te subas a la mesa!” por “los pies van al suelo, baja por favor.”
“¡No pegues!” por “con las manos se dan caricias; a los amigos se les abraza.”
“¡No se muerde!” por “se muerden las manzanas, a los nenes se le dan besos; con la boca se dan besos.“
“No juegues con la cuchara” por “la cuchara sirve para comer” (y si insiste se la quitamos durante unos momentos).
“No se habla con la boca llena” por “ahora tienes la boca llena y no te entiendo.“
“No se pintan las paredes!” por “se pinta en los folios” (darle un folio en ese momento).
“¡No grites!” por “cuando hables más flojo te atiendo.“
“No te levantes de la mesa” por “ahora has de estar sentado, cuando acabes te levantas.”
El uso del “No” lo dejamos para momentos necesarios de ejercer autoridad y también era más atendido por los niños. Al usarlo de forma puntual cobraba su sentido.
JR
Edukame.com
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