La primavera y el verano son estaciones que provocan bienestar después de un frío invierno que nos ha permitido salir al aire libre menos horas de las que nos gustaría, sobre todo a los pequeños de la casa. La luz del sol y las agradables temperaturas invitan a salir al parque o a pasear, y a nuestros hijos, jugar al aire libre les proporciona todo un mundo que conocer, explorar y descubrir. Los niños tienen que conocer el mundo, y en cada lugar al que acudan encontrarán nuevas cosas que explorar, ver y observar lo que les rodea les ayuda a desarrollar la capacidad de concentración, la adaptación al entorno, etc.Es muy importante que nuestros hijos disfruten diariamente de unas horas al aire libre, ya sabemos que una correcta exposición al sol, proporciona vitamina D, pero además de eso, estimula su capacidad intelectual, la concentración, el aprendizaje, disfruta de un rato agradable, se relaciona y además se potencian las defensas inmunitarias, los estímulos sensoriales y motores.
Todo es una conjugación que permite enormes beneficios para el niño, por esta razón, es ideal que se realicen paseos para acercarnos a un parque donde el niño pueda disfrutar de todos los aspectos enriquecedores que proporcionan estas dos estaciones.
Muy importante, por cierto, es recordar que los rayos del sol son beneficiosos hasta cierto punto, así que siempre que nuestros hijos vayan a estar expuestos al sol, es conveniente ponerles protección solar, así como vestirles con prendas claras y cubrirles la cabeza con una gorrita.
Si vives en la ciudad y no encuentras espacios verdes cerca de casa, igual merece la pena trasladarse a las afueras, aunque no es necesario para el niño que sea un sitio espectacular, el simple hecho de no estar encerrado en casa ya es especial para él, y tanto si juega con sus papás como si se relaciona con otros niños, disfrutará del entorno que le rodea.
Juliana Ramírez
Lic. Trabajo Social
UNMSM´
Fuente: Peques
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