Las limitaciones alimentarias durante el embarazo pueden representar un grave riesgo para la madre y para el futuro bebé. Generalmente, a las futuras mamás se les advierte sobre su alimentación y se les explica que es necesario limitar el aumento de peso, pero esta información puede ser mal interpretada y hacer que lo que debería ser una dieta sana y saludable se convierta en el inicio de un trastorno nutricional grave.
La preocupación por la imagen y por el peso no encajan con el embarazo y en algunos casos se sigue una dieta desequilibrada con ayunos incluidos que no hacen más que truncar el buen desarrollo del bebé y la salud de la madre.
En la primera mesa redonda celebrada en Tarragona dentro del marco de las Jornadas Nacionales de Alimentación del Consejo de COF, se ha lanzado un mensaje de gran importancia, intentar que todos los profesionales implicados en el buen desarrollo del embarazo y en la salud de la futura mamá, informen sobre las prácticas alimentarias no recomendables y ofrezcan los consejos necesarios para que la alimentación durante esta etapa sea la correcta, alejándose de las falsas creencias y las prácticas alimentarias indebidas que pueden suponer un grave problema para la futura madre y para el bebé.
El embarazo aumenta las necesidades energéticas y nutricionales del organismo, no se trata de comer más, cambiar los hábitos nutricionales es necesario, siempre pensando en proporcionar al organismo un mayor aporte de vitaminas, minerales, oligoelementos, etc., hay que tener en cuenta que estas necesidades llegan a aumentar hasta un 50%.
De hecho, es igual de importante planificar el embarazo y comenzar a preparar el cuerpo antes de que se dé la concepción, una alimentación sana y equilibrada favorecerá la gestación, la salud de la mamá y del futuro bebé, pero debe ser una dieta recomendada por un especialista en nutrición, es la persona más adecuada para proporcionar las claves nutricionales que permitan el buen desarrollo del embarazo.
Los especialistas creen que el control que se realiza sobre el aspecto nutricional es todavía deficiente y no se informa correctamente a las futuras mamás sobre qué es o no recomendable, el error es dar las cosas por hecho. Aumentar este tipo de controles permitiría reducir los riesgos de los desequilibrios nutricionales en las madres y en los bebés, por ello no hay que dudar en solicitar a los especialistas de salud toda la información necesaria sobre el tipo de alimentación que se debe realizar, ya que es uno de los pilares que garantizará la salud del esperado bebé.
JR.
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