Se ha observado que los niños que han sufrido un siniestro, principalmente de tráfico, pueden tener estrés psicológico a largo plazo. Eso supone entre un 10% y un 30% de los menores que han tenido uno de estos siniestros, un porcentaje muy alto. Y por desgracia, los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte o de problemas de salud en los países desarrollados. Así, en Europa cada año hay más de 355.000 heridos y 9.000 muertos menores de 19 años.
Un equipo de científicos de un hospital infantil de Suiza han realizado un estudio a 101 niños y niñas de entre 7 y 16 años que habían tenido accidentes hasta diez días antes (del estudio). A la mitad, se les hizo una sesión psicológica precoz de sólo 30 minutos con presencia de uno de sus progenitores. Y a los demás, se les dio la atención normal con diagnóstico clínico y tratamiento médico, y si hubiera sido necesario, también apoyo psicológico.
La breve intervención psicológica consistió en contar el evento traumático, reconstruyendo los detalles, contando qué pensaban sobre el trauma sufrido. Además se les dio psicoeducación sobre síntomas de estrés, explicándoles las reacciones habituales tras un incidente, haciéndoles entender que sensaciones posteriores son normales y cuales no, para que pidieran ayuda a tiempo. Y haciéndoles ver lo importante de no cambiar su rutina habitual a pesar de lo sucedido.
A los participantes se les hicieron chequeos psicológicos a los dos y a los seis meses posteriores del accidente y se midieron diferentes niveles psicológicos. Los resultados de dichas mediciones fueron muy reveladoras. Tras esa sesión de sólo media hora, había un menor porcentaje de estrés postraumático en los niños que habían recibido dicha sesión psicológica. Antes de las conclusiones se tuvieron en cuenta otros posibles problemas psicológicos, económicos, sociales, etc. que hubieran podido sufrir los niños además del accidente concreto.
El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid está desde hace años solicitando que se aplique como algo normal tras un accidente este tipo de terapia, de coste reducido al ser tan poco tiempo, solicitando que además de una ambulancia, sea obligatorio que un psicólogo asista a las personas que han sufrido el accidente. En ocasiones se acude con voluntarios, pero debería ser un servicio prestado en todos los accidentes de tráfico donde se requiera asistencia médica.
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