La dislexia es el trastorno de la lectura que impide que un niño pueda realizarla correctamente, se podría definir la dislexia como una discrepancia entre el rendimiento intelectual de un niño y su potencial de aprendizaje sin que existan problemas que alteren esta relación. Uno de cada diez niños sufren este problema, aunque los especialistas indican que realmente no se conoce bien la magnitud de la dislexia y a qué población afecta, las dificultades para poder diagnosticar este trastorno es la causa de ello.
Ser disléxico no impide la capacidad intelectual, grandes artistas o investigadores de nuestra historia eran disléxicos, podemos poner por ejemplo a uno de los cerebros más brillantes de la historia, Albert Einstein o uno de los pensadores más avanzados a su generación, Leonardo da Vinci. Hasta un 50% de los casos de dislexia se encuentran relacionados con la herencia genética, se cree que se trata de una alteración neurobiológica, aunque otros especialistas indican que posiblemente se trate de una disfunción cerebral.
Uno de los problemas al que se enfrentan los especialistas es la imposibilidad de diagnosticar la dislexia hasta que el niño no tiene una cierta edad, a partir de los 5 años, momento en el que se muestran las primeras dificultades en el aprendizaje. En varias ocasiones se ha confundido la dislexia con otros problemas como por ejemplo el fracaso escolar, antaño era común que un niño disléxico fuera catalogado como un mal estudiante por padres y educadores, algo que podía causar una gran frustración que desembocaba en una depresión.
Hoy en día, el tema del fracaso escolar se estudia un poco más y se buscan sus posibles causas, entre ellas la dislexia. Aunque hay que decir que todavía son muchos los profesionales (sobre todo los implicados en la educación) que no logran reconocer este problema y catalogan a los niños como malos estudiantes. Detectar la dislexia permite adaptar la situación para que un niño con este problema pueda desarrollarse intelectualmente igual que lo harían los niños que no padecen el trastorno.
Los profesionales advierten sobre este problema e indican que es posible detectarlo cuando el niño ha cumplido cuatro o cinco años, se trata de problemas iniciales, como una menor fluidez en la capacidad lingüística, menor capacidad de memorización de las canciones que habitualmente se les enseña a los niños a esa edad, problemas de ritmo, falta de habilidad manual, como por ejemplo la dificultad de atarse los cordones de los zapatos, etc. Ante alguno de estos síntomas es preferible acudir a un especialista para que determine si el niño padece el trastorno. Los expertos insisten en que los padres deben estar alerta, detectar el trastorno evitará que el niño lo pase mal, y es que es cierto que algunos padres han tachado de malos estudiantes a sus hijos, los han castigado y sin querer los han frustrado porque la dislexia no había sido reconocida.
Lograr diagnosticar la dislexia se traduce en mejorar la calidad de vida del niño y potenciar adecuadamente su intelecto. Os recomendamos la lectura de un artículo del periódico digital Diario Vasco que nos muestra la importancia de detectar el problema de la dislexia a tiempo, se trata de una entrevista realizada a la vicepresidenta de la Asociación Dislexia Dislebi de Bizkaia, Jule Abad Aspiazu, en la que nos proporciona la respuesta a algunas preguntas relacionadas con este trastorno.
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